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sábado, 8 de diciembre de 2012

RAMÓN LLANES: LA JACHA.


 







Ramón Llanes Domínguez nació en Tharsis en Mayo de 1949. Hijo de Candelaria
 
¡Ay, madre, diosa de mis sentimientos!
Tal como tú nací, tú me creaste,
me diste un corazón como estandarte,
pusiste en mi vida "tus adentros".
 
¡Ay, madre, custodia, fe sustento!,
amadora por siempre de aquel sastre,
insignia eternizada, nuestro padre,
nuestra luz pedestal y nuestro aliento.
 
Aquí nos tienes para más quererte,
para reir por ti, cantar contigo;
que no llegue la hora de perderte.
 
Tu gloria son los sueños de tus hijos
y nuestra gloria es poder tenerte
dándonos como siempre tu cobijo.
 
De "Sonetos del Corazón".
 
 Y de Pepe "El Sastre".
 
Aquel hombre pensativo, valiente y carismático que gozaba de los dones de la alegría y la virtuosidad, era mi padre.Con él recorrí la miseria y la gloria, fuimos soldados de la vida juntos en ninguna batalla cubriéndome siempre los costados y sobre todo el alma para salvaguardarla de cualquier inhóspita agresión.
Con él anduve enfrascado en la armonía de los sentimientos que fue capaz de transmitirme caasi sin darse cuenta aunque sí pretendiéndolo. Para convencer acudía a la paz de la palabra con la digna filosofía de la humildad. Dejó su signo de cabal y honesto inscrito en todas las sendas y en las paredes que le arroparon su octogenaria existencia. Allí vive aún con los ojos solícitos al consuelo y el amor ligero para entregarlo.
Aquel hombre de los genios a medio brío, animador, reparador y ternura, era mi padre. Con él hicimos una cadena de felicidad que cuajó en cada uno de los minutos de presencia y que en la eternidad acuña un solemne recuerdo incapaz de llevarle a la ausencia. Está en mí y en todos nosotros, los suyos; vive y vivirá atesorado para gozarlo; se quedó en esa suculencia del querer por su voluntad y nos alimenta.
Aquel hombre que hoy me anima aún más a sondear con ahínco la gloria, el que me susurra una confianza de amigo, el que me presta un sueño de dignidad en cada madrugada, aquel que se me quedó transvasándome el aire para cada suspiro y que es mi otra eternidad, aquel hombre era y es, MI PADRE.
De "Aguavieja".
 
Además de un respetado empresario, es asiduo colaborador en prensa, radio y televisión; comentarísta en tertulias, pregonero de acontecimientos y festejos en Huelva y provincia, en Madrid y Barcelona.
 
Ha sido incluido en la Antología Lírica de una Atlántida y en dos ediciones de Palabras sin fronteras (edición bilingüe de poetas onubenses y algarvíos de Portugal).
 
Igualmente, fue incluido en dos ediciones de Poetas verdes (de la Fundación Juan Ramón Jimenez).
 
Ha publicado:
 
  • Un soplo de mi vida.(poesía intimista)
  • Ámbito Sur. (poesía)
  • Amada diosa. (poesía amorosa)
  • Aguavieja. (prosa poética)
  • Aguas de liturgia. (poesía)
  • Poemas de Géminis. (poesía)
  • Tratado de ella. (poesía amorosa)
  • Memoria del pródigo. (poesía y prosa)
  • Sonetos del corazón. (poesía)
 
 
Ramón Llanes "vive desde siempre y con pasión con el alma entre Tharsis y Huelva".
Amante de su pueblo, ha escrito repetidamente sobre Tharsis y sus gentes. Y lo que es difícil: hablando siempre bien. Teniendo el respeto y la admiración de los tharsileños libres de los  celos y envidias que hoy constituyen el ADN del pueblo, aún está pendiente de realizarse el reconocimiento de unas instituciones locales que prefieren jalear y aupar a cualquier tonto que pase por allí con la sola condición de que sea de su cuerda, y aunque no tenga más mérito que el de estar siempre dispuesto para bailar al son que ellos le marquen.
 
PRESENTACIÓN DE "AGUAVIEJA".
 

Este viejo deseo me cosquilleaba la memoria y ahora me deleita el recuerdo y la nostalgia. He traído a los hombres que configuraron de manera singular la vida y existencia de nuestra tierra tan amada, y a ellos, como ofrenda, les he devuelto la emoción de la presencia para ser tenidos y gozados una vez más por cuantos les conocimos o les conocemos. He querido traer también a este cuaderno de añoranzas los paisajes, lugares de juegos y cosas que nos engalanaron la niñez, que fundamentaron
la alegría y el ímpetu de la juventud apasionada y consiguieron hacernos felices a la forma y manera de la época. También a ellos les he devuelto por ese instante para agasajarlos como se merecen. He traído todo lo que se me acercaba al recuerdo mientras escribía estas notas en una agenda en blanco, presagio de un pasado que había de ser recompuesto hoja por hoja para mejor saborearlo.
He aquí este humilde cuaderno de nostalgias donde he querido imaginar la nobleza como única virtud digna de comparecencia. A partir de la nobleza con que se han dibujado las sensaciones y los personajes he participado en el ejercicio de una lírica romántica dedicada en ofrenda a esa nostalgia por el amor que siento y entrego en cada mensaje, y haciéndole un hueco más a esa idea lírica me he comprometido con el paisaje poniéndole el nombre genérico de uno de ellos: AGUAVIEJA.
Con mi dedicatoria a cuantos comparten conmigo el sentido afectuoso por todo el entorno descrito (no más allá ni más acá de Tharsis), asumo la responsabilidad de lo olvidado, advirtiendo que han sido tres veranos de pensamientos agradables que ahora pongo en sus manos con la más fuerte emoción de que soy capaz. Para ellos, para vosotros, esta sencilla historia de gentes y cosas de nuestro ámbito amado, esta crónica amable de la memoria de Tharsis.
 
Ramón Llanes, año 1998.
 
THARSIS, DESPUÉS DE LA MINA.
 
Ha pasado el tiempo con la prisa del deseo por la atalayas grises que digieren los paisajes de la mina, pasaron las tragedias que impusieron cortedad en el horizonte productivo desde la incapacidad del oro a la ineficiencia del cobre, vencieron los sistemas que establecían parámetros económicos, se colmó el aire de un silencio oscuro, pálido y sin risas, se instaló, también con el tiempo, el olvido. Después de la mina Tharsis anda, respira, vive y ama; dejó de ser propenso a la misericordia, la lástima o la limosna, se valió de habilidades, mañas, experiencias y empezó a reconstruirse desde el principio, con la apuesta inequívoca por la ambición.
Los siglos que tanto hablaron de las minas volverán a pronunciar su nombre cuando sepan que los habitantes perdidos en ascuas de subsidios experimentan avances en conductas de progreso, que no se doblegaron con la insolencia de tanta masacre, que se recuperan de las heridas y vuelven a ser protagonistas de una historia leal.
Sus signos de desarrollo son también cuenta positiva de la heredad, del calibre y la génesis de cada hombre de mina capaz de soportar inaguantables sensaciones. Ahora es más pueblo, más ámbito abierto, mejor escenario para la convivencia, la vida y la cultura. Mi pueblo lleva con dignidad su andadura de futuro.
 
De "Memoria del Pródigo". Mayo de 2007.
 
Ojalá pudiera un servidor mirar con los ojos del poeta. Si así fuese, quizás podría ver ese pueblo al que se refiere. Por el contrario, es inevitable que me pregunte qué clase de pueblo querrá hacer esta gente que tanto dice amar a su tierra, pero que tanto ignora, cuando no desprecia, a sus mejores hijos.
 
Durante 2013 seguiremos esperando el merecido homenaje que Ramón se merece de su pueblo.  
 
 
Hoy, día de la jacha, tal vez sea buen momento para preguntarse por el alma de aquel Tharsis que Ramón nos contó.
LA JACHA
                                                        
 ¡Mira la lumbre alta de la jacha, oye el chisporroteo, contempla la faz de la candela ahogando pelatas mientras las viejas anuncian la Navidad con sus cantos.!
Sólo la jacha nos hacía perder una mañana de escuela para encontrar las ramas más grandes y hacer de ellas una llamarada casi eterna. Que la pinguruta alcanzara las copas de los árboles cercanos o sobre pasara los tejados de las casas. Era felicidad de un día para niños glotones de manjares tan sencillos que se comían como si dependiera de ellos la misma vida.
En las panderetas estaba la fiesta y en nuestros ojos la inocencia alegre por haber conseguido el más alto fuego. Ni la lluvia, ni los vientos, desalentaban la furia de los niños de la calle; era suficiente que amaneciera el ocho de Diciembre, era suficiente cargar y descargar desde la huerta grande hasta la era. Después, soldados guardianes hasta la hora, hasta la llegada del fuego. Defensores sin galones de una pirámide de fantasía apunto de fenecer.
El calor de la jacha posee la ternura de las manos de la madre, calienta como por encanto la mirada de los niños, la expresión perdida de los mayores, la inquietud sobrecogedora de los jóvenes. Quema la piel hacia adentro y entona la vida con villancicos.
El calor de la jacha se queda todo el año en los ojos del fuego. La única razón de ese regocijo, la penúltima intención de la pelata es la mística paz que se le ofrece, la otra razón es acariciar el calor y que la fuerza de su calentura se meta en las manos.
La jacha es la fragua del invierno y hace sombra para el estío; se prende en el aire, se reserva, se vuelve soplo y enardece cada sitio, cada postigo de La Umbría, se esconde entre las hojas de los árboles caídos y se despista por las tejas.
La jacha es la calurosa ternura de los niños, la voz del hombre y el piropo de la juventud. Es la única flor de Diciembre.
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" ¿qué más podía hacer por mi querida y tiernamente amada Ciudad? Entonces dije: "¡Jerusalén, Jerusalén, tu que matas a los profetas y lapidas a los que te son enviados, ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos como la gallina reúne a sus pollitos bajo sus alas y vosotros no habéis querido! Os será abandonada vuestra casa desierta y de ti no quedará piedra sobre piedra".
 
Pues eso.
                                                 

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Datos personales

Nací en el verano de 1962 en Tharsis.Aunque la mayor parte del tiempo la he pasado en esa mina también he vivido en otros lugares de España y Europa. En mi biografía nada reseñable. Nada de lo que sentirme especialmente orgulloso. Soy, eso que se dice, un tipo corriente. Aunque eso sí, debo confesaros que he vivído.