Voy a envejecer sin saber nada.
Y un día moriré.
Y moriré sin saber nada.
He visitado miles de pueblos, cientos de ciudades, una decena de países.
He hecho el amor a docenas de mujeres hermosas.
He probado drogas que me han llevado más allá,
Mucho más allá
De cualquier experiencia trasmisible.
He tenido hijos,
Algunos conocidos y otros son solo una noticia.
Me he casado en santo matrimonio
Y en vivido en pecado varias veces.
He leído a Byron, a Baudelaire, a Shakespeare, Cervantes,
Marx, Bukosky, Pessoa o Neruda,
Por citar solo a algunos;
Hasta al Dalai Lama o a Platón.
He dormido en el suelo,
En bancos, sobre la hierba, en la arena, en un árbol,
A tres mil metros de altura, en una mina, en un convento,
En un castillo, en la boca del metro,
En hoteles de a veinte mil la noche.
Y he soñado dormido
Y he soñado despierto.
He sido refugiado, vagabundo,sindicalista, camarero, músico,
Vividor, modelo, talador, ferralla,
Y hasta he tenido mis negocios.
He conocido a gente importante
Y a auténticos Don Nadie.
Y a todos escuché con sincero interés.
He escrito miles de malos poemas que no conservo,
Que se fueron perdiendo en el camino.
Algunos dirá que he vivido lo mío.
No lo niego,
Lo mío.
Pero, ¡qué desperdicio!.
Pensar que ¡¡¡para nada!?!
1 comentario:
Sinceras palabras,dónde fluye poesía,cuando nos encontramos en el ecuador de nuestras vidas,miramos para atrás y sólo vemos,cómo bien dices una vida desperdiciada,pero al menos aún tú has disfrutado...Saludos.
Publicar un comentario