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martes, 2 de abril de 2013

THARSIS: UN PUEBLO PARA LA VIDA


         Si nos parece los tharsileños podemos seguir engañándonos, pero vivimos una realidad cada vez más dramática que no deberíamos seguir ignorando si queremos poner fin a la decadencia que el pueblo y las personas estamos padeciendo. Es un suicidio seguir demorando el momento de pararnos a reflexionar sobre si éste es el modelo de sociedad en el que queremos que vivan nuestros hijos; si de verdad merece la pena seguir ignorando lo nocivo de un contexto que nos hace tan vulnerables y que está transformando en negativo la vida en nuestro pueblo.

Para salir de las condiciones de vida infrahumanas que silenciosamente van extendiéndose, y que a los colectivos más frágiles está condenando a la exclusión, es necesario promover un rearme ético que obligue a todas las instituciones públicas y privadas,  a los centros educativos y a las familias, a recuperar principios sólidos, sanos y democráticos, que sean impermeables a los discursos políticos que han conseguido que el miedo gane a la esperanza y que nos condena a la pobreza tanto de recursos como a lo que es causa y origen del problema: a la pobreza moral que nos asfixia.

Un día sí y otro también vemos cómo se violan las normas- cuando no las leyes- que hacen posible la vida en paz y armonía que una sociedad necesita para crecer; cómo los recursos que llegan desde fuera para mitigar los problemas de subsistencia del conjunto se destinan para satisfacer las ambiciones de unos pocos y nos adentran en el subdesarrollo económico; cómo la ausencia de valores y de límites nos ha llevado al desorden, la intolerancia y  al subdesarrollo cultural.

Así las cosas,  no se puede perder ni un minuto más para abrir un debate que aporte soluciones para el presente y para el futuro de Tharsis; y, sobre todo, para el presente y el futuro de los tharsileños. Que determine si aceptamos definitivamente la corrupción como una forma de vida; si queremos que nuestras noches sean para el descanso o que continúen siendo propicias para el vandalismo del griterío de botellones o de destrozos en la propiedad pública o privada; si seguimos mirando al cine, al teatro, exposiciones, conferencias, cursos o las actividades deportivas femeninas como raras anécdotas en el devenir cotidiano de nuestro pueblo; si el olor que defina nuestro día a día debe de ser el del mineral, el del azahar de los naranjos, el de las jaras o eucaliptos que nos rodean, o el de esa hierba tan placentera que a tantos jóvenes parece colmar y confundir.

Amar al pueblo es más que proclamarlo en las redes sociales, en el mercado, en la barra del bar o en un despacho público. Es cultivar valores, aportar ejemplos, respetar las normas, poner límites lógicos, aunar esfuerzos, marcar y cumplir objetivos comunes, comprometerse con la verdad aunque sea dolorosa de escuchar y de decir…

Un minuto que pasemos sin  reconocer que estamos bien jodidos, sin entender que tenemos que sentarnos para buscar soluciones,  será una nueva complicación que pondremos en la vida presente y futura de nuestros hijos. Un nuevo motivo para la vergüenza y la indignidad. Una razón para marcharse o para no venir. Sólo de nosotros, de los tharsileños, depende construir un pueblo de personas para la Vida.


10 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuanta verdad.

Anónimo dijo...

Escribir cosas asi y vivir en Tharsis no pega. Tu no lo recordarás, pero hace muchos años te dije que no parecias de aquí y ahora estoy segura. Intenta salir antes de que te crucifiquen. Una amiga.

Anónimo dijo...

Sentarno ha hablar no creo ha dar voses a lo mejor y a da patadas a coches mas lo que veo en estte pueblo no lo e visto en ningun sitioi

Anónimo dijo...

¿Que no hay deporte femenino? ¿Y masculino hay ? Al que no le guste el futbol o no sele de bien que puede hacer en tharsis? fumasr porros y emborracharse. Fui a urgencias de madrugada y me dio vergueza lo que vi. Los padres estarian acostsados mu tranquilos pero eso no es normal. Yo intentare q el mio no haga esas cosas pero no se yo si sera asi o peor.

J.P. dijo...

Saludos Agustín. No voy mucho por allí pero sigo con interés todo lo Tharsis. Casualmente he encontrado tu blog (ya dirás que es Tharynia) y ha sido una grata sorpresa leer tus opiniones sobre los asuntos que te preocupan. Con algunas no coincido y con otras sí. En el análisis que haces sobre Tharsis estoy totalmente de acuerdo. No sólo yo, también los amigos que nos mantenemos en contacto ya que es un tema recurrente: Tharsis ha cambiado mucho y no es para mejor. Alguno de estos amigos ha llegado a confesarme que prefiere que su hijo, que esta en esa edad difícil de la adolescencia, no vaya por allí. Es doloroso escuchar eso pero es lo que hay. La causa de cómo está el pueblo hay que buscarla no sólo en quienes lo gobiernan, también en quienes lo gobernaron. Se han preocupado mucho de poner farolas y hacer plazoletas pero muy poco de las personas. Ahora pasa lo que pasa. Te animo a seguir con el blog y espero que, como dices, entre todos los que quedáis podáis encontrar la solución para Tharsis.

Anónimo dijo...

Tengo 23 años y kiero decir algo
¡¡¡SOCORRO!!!

UN PADRE dijo...

ES VERDA QUE ESTAMOS CIEGOS, MUDOS Y ASI NO VAMOS A NINGUN SITIO.QUE SERA DE ESTAS CRIATURAS SIN OFICIO NI BENECIO ABURRIITAS DE LA VIDA.ALGO ABRA QUE HACER POR ELLOS.

Anónimo dijo...

Gracias por decir lo que muchas pensamos. Aqui no hay vida ninguna y si no hacemos algo habrá menos. Nosotros somos cuatro y si no cambia algo el año que viene nos iremos a Huelva.Me gusta mik pueblo pero las niñas ven que aqui no pintan nada. Me da much lastima la gente joven.

Anónimo dijo...

KADA VEZ VIENE MAS DE HUELVA A KOLOCARSE AKI EN HUELVA ESTAN MAS KONTROLAOS Y AKI LOS PADRES SE KREEN KESTAN MEJOR.ANDA K NO ESTAN EKUIUVOCAOS LOS POBRES.

Agustín Gómez dijo...

Lamento decir que de manera totalmente fortuita he eliminado algunos comentarios. Lo siento. Espero que quienes se han tomado la molestia de escribir y no encuentren su comentario no lo lleven a mal.

Datos personales

Nací en el verano de 1962 en Tharsis.Aunque la mayor parte del tiempo la he pasado en esa mina también he vivido en otros lugares de España y Europa. En mi biografía nada reseñable. Nada de lo que sentirme especialmente orgulloso. Soy, eso que se dice, un tipo corriente. Aunque eso sí, debo confesaros que he vivído.