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miércoles, 4 de abril de 2012

LA ARCADIA FELIZ DEL CAMPO DE HUELVA







El Secretario General de UGT Andalucía ha afirmado que las condiciones sociolaborales de los trabajadores agrícolas de la provincia de Huelva son indignas. Con ello ha conseguido dos cosas: La respuesta airada de la patronal agraria amenazando con presentarle una denuncia por no aportar pruebas, y la perplejidad e indignación de muchos trabajadores agrícolas que no dan crédito a la superficialidad de las manifestaciones del Sr. Pastrana.

Que las condiciones sociolaborales de los trabajadores agrícolas son indignas es cierto, y no es  nuevo. Pero ¿Es ése el mejor análisis que puede hacer el líder sindical? ¿No quiere identificar el origen del problema? ¿No hay culpables concretos a los que responsabilizar? ¿Va a permitir que eso continúe así, o piensa hacer algo ahora que se negocia el convenio del campo?

El Sr. Pastrana debería saber que la  ausencia de conflictos en el campo de Huelva no es la consecuencia de una prosperidad generalizada que crea empleos de calidad, ni de rentas altas que inviten al sosiego. Es el estado en que quedó la situación después de la huelga del campo de Huelva en 1989. Aquel año en que UGT y CCOO consumaron la traición a los trabajadores y a la propia idea del sindicato.

Después de que éstos renunciaran a introducir las mejoras laborales y sociales que demandaba el elemental sentido común, y que se correspondían con las mejoras que se estaban produciendo en el sector, los trabajadores tuvieron que ver como sus sindicalistas pasaban a ser una comparsa de colaboradores pusilánimes al servicio de una administración que se ofrecía para tutelar a un sector que se prometía como estratégico. Permitiendo el sacrificio de las condiciones sociolaborales de los trabajadores nacionales primero, y participando en la creación de un escenario favorable para la llegada de mano de obra barata extranjera después, han realizado un servicio impagable a los hacedores del pacto tácito y de silencio que desde entonces sobrevuela  el campo de Huelva, para desgracia de los trabajadores.

No puede ser que piense que  las redacciones de los periódicos sólo recojan anécdotas porque no hay problemas; que la comunidad académica no hace publicaciones críticas porque no hay nada que criticar; que la inspección de trabajo apenas tramite denuncias porque casi no hay nada que denunciar. Nadie es tan ingenuo, supongo.

Las condiciones sociolaborales de los trabajadores del campo de Huelva son indignas y así seguirán siendo porque, salvo a los afectados, a nadie les interesan. Sería interesante ver los informes que le llegan al Sr. Pastrana al finalizar las campañas. Apostaría a que concluyen que el cumplimiento del convenio es generalizado y los conflictos excepcionales; que ellos más que nadie han contribuido a que ésta provincia sea el referente y el modelo que produce la envidia de  los demás países de la Champions League; que seguirán trabajando sin descanso para que los ciudadanos españoles tengan preferencia y profundizando en la integración de los inmigrantes, en…bueno, en lo que quieran decir. Más o menos, en que seguirán esforzándose para que Huelva sea la  Arcadia Feliz que cantaran los poetas griegos.

Lástima que sus faunos sólo toquen la flauta, que  las ninfas no puedan contar el acoso de muchos de esos sátiros que aquí llamamos empresarios. Pastrana tendría sus pruebas, y todos los demás motivos para la vergüenza.

             

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Datos personales

Nací en el verano de 1962 en Tharsis.Aunque la mayor parte del tiempo la he pasado en esa mina también he vivido en otros lugares de España y Europa. En mi biografía nada reseñable. Nada de lo que sentirme especialmente orgulloso. Soy, eso que se dice, un tipo corriente. Aunque eso sí, debo confesaros que he vivído.